lunes, 22 de agosto de 2016

I CERTAMEN DE RELATOS DE TERROR-2000 ROMÁNTICOS: EL CIRCO DE LOS HORRORES (SELECCIONADO)




                                                                                 
  Álvaro García Horcajo  
                                                                                 4 ESO/ A  

EL CIRCO DE LOS HORRORES

                 Alto Vinalopó , comarca de Villena y escenario donde  me ocurrió  esta historia  macabra y diabólica  que a continuación narraré para que los verdaderos hechos de lo ocurrido salgan la luz y para que se sepa que no hay que dejarse llevar por las apariencias
                    Ahora, voy a remontarme unos cuantos años atrás.
1657 D.C , pleno siglo XVII . Yo era un joven de 23 años hijo de un humilde campesino con no más aspiraciones que seguir los pasos de mi padre ya que no podía optar a más estando sometidos al marqués de Villena, Juan Manuel Fernández Pacheco, un tirano al que le debíamos dar una gran parte de la cosecha mensual. Yo trabajaba en palacio como jardinero.
                      Mi relación con el marqués no era muy buena la verdad, ya que sabía que mi padre había tenido un romance con su difunta esposa y yo y mi hermana melliza Marta,  fuimos el fruto de ese romance.
                       El marqués, me miraba con resentimiento, un  resentimiento que no pudo  explotar contra nosotros debido  a un  decreto real solicitado por la marquesa antes de su muerte ya que el rey de España, en esa época, era su hermano.
                 Un día en el que había poca gente en palacio por ser era un día de fiesta, me disponía a abandonarlo, cuando llegó un carruaje negro, sombrío y misterioso.
Salieron unos hombres comunicando que llegaría un circo a la comarca.
                         En la noche, cuando llegué a mi casa se lo comenté a mi padre y a mi hermana . Marta estaba emocionada porque tenía muchas ganas de ver un circo pero por el contrario, a mi padre no le gustó tanto la noticia,
                          El circo llegaría el domingo por la mañana para que estuviera listo para las fiestas de la comarca que empezaban el lunes.
                         Pasaron los días hasta que llegó el domingo y llegaron muchos carromatos. De repente, de un carromato bajó una  mujer, una hermosa y joven  mujer de ojos azules con un largo cabello  negro que no me quitaba la mirada ni yo  a ella. Sin pensarlo dos veces me acerqué a ella y la ayude a cargar unas pesadas cajas .Su nombre era Vania y era la hija del  director del circo; Varón con una larga barba, un parche en el ojo izquierdo y una cicatriz ondulante que le recorría   la cara de arriba abajo .
                   Al ir distraídos hablando, se me cayó una caja que parecía por cómo estaba cerrada, que llevaba algo de valor dentro. Vania recogió la caja y mostró una llave que llevaba colgada en el pecho a modo de colgante. De ella, sacó una muñeca de porcelana de un metro de alto  que, aunque parezca una broma, sentía que me miraba penetrantemente como si llegase a verme el alma.
                       Ante la escena, su padre, se acercó a nosotros dos y sin soltar palabra, agarró fuertemente del brazo a Vania y se la llevó a ella y a la muñeca hacia dentro de un carromato.
                    A la hora de la comida, estuve hablando con mi hermana sobre Vania y me comentó que ella también había conocido a  alguien del circo, un apuesto  muchacho  llamado Alexey . Mi padre no afrontó la noticia demasiado bien, es más, le prohibió a Marta verle ya que mi padre la sobreprotegía.
                      Una vez emergida la noche me disponía a salir de mi casa para ver a Vania cuando alguien que tocó mi espalda, me paro en seco. Era marta, quien quería venir conmigo sin que se enterara nuestro padre que yacía dormido sobre la cama después del tanque de vino que se había tomado. Yo acepté ya que supuse que ella tenía tantas ganas de ver a Alexey como yo  a Vania.
                      Llegamos a las carpas y nos dividimos, ella se fue hacia dentro y yo dirección  a su carromato. Llamé suavemente a la ventana, lo justo para que no se despertara su padre. Sorprendida por mi visita, salió a fuera y acepto ir a dar un tranquilo paseo por el pueblo. Luego, me olvidé de mi hermana y me fuí.
                Desperté con los ruidos que propiciaban los pasos de mi padre por el piso de arriba de un lado a otro del pasillo. Me levanté rápidamente con cierta curiosidad. Escuché gritar a mi padre el nombre de mi hermana varias veces mientras salía de mi habitación , y entonces, aceleré el paso.
              Subí corriendo la escalera y pude ver el rostro de preocupación de mi padre tras comprobar que mi hermana no se encontraba en su habitación. Para él, era una cosa extraña ya que marta siempre había sido muy responsable y nunca había salido de casa sin avisar y menos por la noche.
             En ese momento, no me atreví a contarle que me la llevé por la noche y no me encargué de traerla de vuelta. Lógicamente, me sentía culpable de su desaparición.
             Mi padre salió como loco a buscarla y me pidió que le acompañara, cosa que no dude en  ningún momento.
             Teníamos un problema, bueno mejor dicho dos: el primero, la desaparición de mi hermana y segundo el bullicio de la gente producido por la gran inauguración del circo. Iba a ser prácticamente imposible encontrarla ante tanta gente camino al circo.
              Por un tiempo, mi padre, llego a pensar que se había ido de casa temprano para coger buen sitio en el espectáculo. Ante tal pensamiento, decidimos ir nosotros también al circo para buscarla y por lo menos para divertirnos. Una diversión que a mi me costaría encontrar por la culpa que me invadía. Nada, no estaba por ningún lado.
              Volvimos a casa y mi padre se fue a dormir, pues estaba agotado después de todo el día buscar.
Pasaron los días y a la vez más desgracias......diez muchachas vírgenes habían desaparecido contando con mi hermana, quien seguía sin aparecer.
Me puse serio con mi padre ya que estaba a punto del desmayo y únicamente repetía : “no puede ser” y “ya están todas , la hora ha llegado”
                Me explicó con la mirada perdida que hace cincuenta y cinco  años , cuando él era niño, vivía en la villa un juguetero. Decían que era mágico y que sus juguetes también lo eran. La oscura verdad, tenía un pacto con el diablo que hacían a sus muñecos y muñecas atípicamente especiales. Pero no era un simple juguetero.....en su tiempo libre violaba y asesinaba vírgenes. En su décima victima lo descubrieron y le apresaron. El pueblo tomó la justicia por su mano, lo ataron a un palo y lo quemaron vivo entre sollozos y gritos. Mientras se quemaba, juró que volvería después de cincuenta y cinco  años, su edad y tras el sacrificio de diez victimas. Clavaron el palo con el cuerpo calcinado arriba del rocín, montaña cercana a nuestra villa.
                 Pues bien, hoy se cumplía  la fecha y ya han desaparecido las diez. Me temía lo peor por mi hermana. Después de esta noticia fuí al circo. Era una noche oscura, de luna llena, cubierta por una espesa niebla que dificultaba la visión. Llegué al circo y busqué a Vania por todos lados, pero no estaba. Entonces pensé que podría estar ensayando su número de los columpios en la carpa grande. Me asomé por una franja abierta de la carpa y no sería capaz de explicar lo que ví. Un escalofrío me recorrió de una punta a otra de la columna. Mi cuerpo quedo petrificado ante tal situación. Un color  tenue se apoderaba de la sala iluminada simplemente por la llama de una bola de fuego rojo colocado sobre una plataforma metálica suspendida en el aire y enganchada al techo con unas cadenas. Había un círculo hecho por un gran número de personas formado por los integrantes del circo  dentro del cual había un circulo más pequeño formado por 10 chicas a las cuales reconocí en seguida. Eran las vírgenes desaparecidas entre las cuales estaba Marta.
               Todo el mundo del círculo de fuera llevaba una túnica blanca que les cubría todo el cuerpo y miraban hacia dentro del círculo. Estaban de rodillas, en posición de oración y recitaban a coro un tipo de canto invocativo que resultaba estremecedor.  Las del segundo circulo estaban de pie, desnudas y atadas de pies y manos con una mordaza en la boca. En el centro de todo, un altar de mármol duro y de aspecto frío de color grisáceo con la famosa muñeca de hace unos días colocada de manera vertical sobre el mismo.
                 Otro hombre encapuchado, pero al cual le salía un barba de la túnica, fue fácil de reconocer sin necesidad de verle la cara. Era el padre de Vania. Quitó la muñeca del altar , sacó una daga de la túnica y se dispuso  a matar a las muchachas  con un gran corte que iba de un lado al otro del cuello . La sangre discurría por el altar hacia el suelo donde se encontraba la ensangrentada muñeca, cubierta de la sangre que le caía encima.
                   Faltaban mi hermana y otra muchacha a la que repitiendo el proceso la hicieron lo mismo. Pero, había un problema, no era virgen. Y es mas estaba embarazada. De repente, se fue la luz del fuego, la muñeca empezó a brillar y una especie de corriente de aire negra penetro en ella y se produjo una luz cegadora que nos descoloco a todos. Ya se habían sacrificado las diez vírgenes ya que en el vientre había dos gemelas por lo tanto dos vírgenes que murieron junto a su madre.
                     Cuando nos recuperamos de la ceguera, la muñeca se había colocado sola, repito sola , encima del altar. La muñeca, giro la cabeza hacia mí y rápidamente vinieron unos hombres y me agarraron fuertemente.
            Me llevaron al altar. Después de eso perdí el conocimiento y hasta ahí recuerdo de esa noche. Desperté en lo alto del monte junto a una hoja arrancada de un libro antiguo que decía: “El mal está en ti”            

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